La ilusión y la magia tienen su lugar cada 31 de enero cuando celebramos el Día Internacional del Mago, esta es una fecha que congratula a todos y a cada uno de los profesionales y apasionados a este arte de extensa practica en el mundo.
Si bien para muchos la magia nos envía o nos hace mención a una ciencia oculta, lo cierto es que esta no tiene nada que ver con la magia que realizamos los magos, prestidigitadores, ilusionistas. El ilusionismo, popularmente denominado magia, es un arte escénico, subjetivo, narrativo y espectáculo de habilidad e ingenio, que consiste en producir artificialmente efectos en apariencia maravillosos e inexplicables mientras se desconoce la causa que los produce.
Además tiene a un santo patrón mundialmente conocido por sus acciones y prodigios de nombre Don Bosco, y la fecha de su muerte fue elegida para esta celebración. Este religioso, fundador de la orden de los Salesianos, nació el 16 de agosto de 1815 con el nombre de Juan en la localidad Italiana de Castelnuovo d’Asti.
En su juventud, ejerció distintos oficios y aprendió desde pequeño disciplinas como el teatro, la oratoria, el canto y la música, pero su vocación cristiana era fuerte y en 1841 se recibió como sacerdote. Hacer un buen truco o un juego de manos tiene mucho de habilidad, aunque no vendrá mal la ayuda de lo Alto.
En este caso, nada mejor que acudir a san Juan Bosco, que hizo de ilusionista y malabarista para divertir y educar a los jóvenes. En 1953, en España, Don Bosco fue proclamado patrono de los magos e ilusionistas. “Tú que también fuiste Mago y por tu noble labor te convertiste en Santo, haz que la labor que hago por lo menos logre mitigar un llanto”, es una parte de la oración que recitan los predecesores de Harry Potter.
James Arce.
Dedicado a tu éxito.